La superfamosa que nadie conoce es una paradoja porque alude a que conocemos mucho acerca de una de las obras más exitosas dentro del ámbito de la música orquestal, pero desconocemos las otras composiciones también llamadas Cármina Burana que están inspiradas en los mismos textos. Carl Orff realizó una musicalización intencionalmente para el gusto de todo el público, por lo que utilizó estructuras armónicas y rítmicas muy básicas pero llamativas, lo que le garantizó el éxito inmediato (algo muy parecido, por ejemplo, a los danzones orquestales de Arturo Márquez).
La idea de esta nota fue una experiencia que tuve hace años cuando vi que se anunciaba un concierto de Cármina Burana en la Pinacoteca Virreinal de San Diego (hoy Laboratorio Arte Alameda) en la ciudad de México, lo que me causó gran asombro porque el lugar no tiene el tamaño para una orquesta sinfónica ni un gran coro para la interpretación a la que estamos acostumbrados a escuchar. El lugar se atiborró desde el principio. Luego salieron unos cuantos músicos con unos instrumentos extraños y ningún coro. Comenzaron a tocar y cantar con sonidos caricaturescos. La gente no estaba segura si era una especie de preludio al concierto que esperaba, pero al avanzar el tiempo y ante la desilusión, los oyentes comenzaron a abandonar el lugar dejando la sala casi vacía incluso antes de la mitad del programa. El placer fue creciendo para los que perduramos hasta el final porque quizá los músicos, lejos de decepcionarse, crearon una especie de fiesta como aquellas donde sólo quedan los amigos íntimos. El programa llegó a un clímax de sabor taberna, pero además, para quienes lo sabíamos, tuvimos la oportunidad de escuchar esos timbres salidos de las réplicas de los instrumentos que se utilizaban en la edad media.
Aquí les comparto unas recomendaciones personales, tanto para la versión orquestal de Carl Orff y también para “la otra” Cármina Burana que les cuento en la anécdota. Al respecto de ésta última, pueden buscar en youtube con las palabras CARMINA BURANA MEDIEVAL y se les desplegará una extensa lista de versiones. Del mismo modo, gracias a la tecnología y a las plausibles iniciativas editoriales, también les comparto un enlace a todos los textos originales del Códex Buranus, es decir, el conjunto de esos textos de los siglos XI, XII y XIII, que les mencioné fueron encontrados en 1803 y de los cuales fue tomada la letra para las músicalizaciones.
RCG
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Concepción Merchán R. (sábado, 26 abril 2014 23:56)
Me recorrí todos los videos, muy buenas reflexiones. Felicidades por la aportación de sus conocimientos y la sencillez con la que nos lo narra.
Gracias